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Pájaros en la Cabeza es mucho más que un restaurante de primera, es un sueño de integración laboral hecho realidad. Se ha convertido en el primer restaurante de Aragón que ofrece un contrato a jóvenes con síndrome de Down. Pero, tal y como explica su propietario, Alberto Muñoz, nada ha sido fortuito. El local nació por y para hacer realidad ese sueño y aunque Pájaros en la Cabeza tiene una corta trayectoria, verdaderamente comenzó a gestarse hace mucho tiempo.

«Mi primer trabajo fue cuidando a Julito, un chaval con síndrome de Down» recuerda Alberto visiblemente emocionado. La complicidad con el chico fue total y, gracias a él, Muñoz conoció la Fundación ASPACE Zaragoza donde trabajó durante años. Un buen día, Alberto decidió que debía luchar por la integración laboral de personas como Julito, y se trasladó a Polonia donde dirigió una empresa de cableado eléctrico en la que el 40 % de la plantilla tenía alguna discapacidad. Con la mochila cargada de experiencia y, sobre todo, con muchos pájaros en la cabeza, regresó a Zaragoza.

Esta nueva aventura tiene dos grandes protagonistas: Íñigo Insausti y María Izuel, «dos chavales con gran capacidad», comenta el propietario. Son capaces de «superarse cada día» y de recordarnos al resto cuáles son «las cosas importantes de la vida». Cristina Cardiel, jefa de cocina, comenta lo que ha aprendido junto a estos jóvenes: «Me han enseñado mucho, sobre todo compañerismo y sentido de la responsabilidad». En definitiva, con María e Íñigo «el día a día es diferente, contagian cariño y alegría», afirma el propietario.

(seguir leyendo el reportaje completo de María Muruzábal en el magazine EsCultura de la USJ)